Poner en marcha un negocio es de por sí una tarea difícil, pero parece que lo es aún más cuando los emprendedores son personas con discapacidad.
En España, más del 10% de los discapacitados trabajan por cuenta propia. Esto se debe a que su inclusión en nuestra sociedad, sobre todo en el ámbito laboral, aún es un reto, por eso emprender es una de las mejores alternativas para que este colectivo.
Además, cuentan con varias ayudas y bonificaciones para facilitarles el proceso de emprendimiento.
Reducciones de la Seguridad Social
La integración de personas discapacitadas es un derecho constitucional y se deben llevar a cabo políticas cuya finalidad sea eliminar esas barreras. Por ello, el Ministerio de Trabajo y Economía Social ha establecido una serie de bonificaciones y reducciones de la Seguridad Social para aquellos trabajadores que sufran alguna discapacidad.
Los trabajadores por cuenta ajena que pueden optar por ellas son los que tengan un grado de discapacidad igual o superior al 33% y cuando no hayan estado dados de alta en los dos años anteriores en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA).
Esta reducción es de 62,50 euros mensuales durante 12 meses por la cuota de contingencias comunes, incluida la incapacidad temporal para aquellos que opten por la base mínima de cotización. En el caso de querer optar por cotizaciones más altas, la reducción será del 80% de la cuota.
Si la actividad se desarrolla en municipios con menos de 5.000 habitantes, ducha reducción se aplicará durante un tiempo mayor que asciende a los 2 años.
Con independencia de la base de cotización que el autónomo escoja, podrá aplicarse una bonificación del 50% sobre su cuota durante 48 meses más, hasta que cumpla con el periodo máximo de 5 años desde la fecha en la que inició su actividad.
Otras ayudas
La Fundación ONCE para la Cooperación e Inclusión Social de Personas con Discapacidad convoca ayudas tanto para entidades como para personas físicas (a nivel nacional y europeo), con el fin de fomentar la creación de empleo y mejorar la inserción socio-laboral de las personas con discapacidad.
Se estima que un total de 31 proyectos impulsados por emprendedores con discapacidad recibieron el apoyo de la Fundación el pasado 2020, dentro del programa “Por Talento Emprende”, con el que la entidad quiere fomentar el autoempleo y la integración laboral de las personas discapacitadas.
Durante el periodo de ejecución que comprende va desde 2018 hasta 2022, Fundación ONCE destinará 2,6 millones de euros en total para impulsar el emprendimiento por parte de este colectivo.
Las ayudas económicas fijas y mínimas son de 3.000 euros, aunque pueden incrementarse dependiendo del perfil del solicitante:
- Hasta 2.000 euros más para las personas con discapacidad con especial dificultad, entre los que se encuentran personas con parálisis cerebral, enfermedad mental o discapacidad intelectual.
- Hasta 1.000 euros más para mujeres con discapacidad, parados de larga duración, mayores de 45 años e inmigrantes.
- Hasta 2.000 euros más para víctimas de violencia de género, familias monoparentales y hogares con todos los miembros en desempleo e hijos menores a cargo.
Por otro lado, en la fundación también se premia a las empresas que generen empleo para otras personas con discapacidad. No obstante, la suma total de la ayuda no será, en ningún caso, superior a los 18.000€.
Servicio de asesoramiento
Además de las ayudas económicas, el asesoramiento es también fundamental a la hora de emprender. Un buen equipo de asesores puede ayudar a comenzar con el negocio, resolviendo todas las dudas que vayan surgiendo durante el proceso.
De esta necesidad nació TeleAsesor.com, un servicio de asesoramiento para emprendedores, empresarios y ejecutivos, impulsado por El Club del Emprendimiento, la mayor comunidad de Emprendedores de España.
TeleAsesor junto a la Fundación ONCE, han creado un servicio gratuito de asesoramiento para emprendedores con discapacidad, cuyo objetivo es promover el empleo por cuenta propia entre este colectivo. De este modo, que podrá resolver las dudas empresariales que surjan en el día a día por teléfono o a través de una videollamada.